Trabajos de mier…

Hace seis meses yo tenía un trabajo de mierda. No, no se trataba de un trabajo demasiado esclavo, ni de condiciones degradantes. Tampoco era mileruista, o estaba mal pagada o reconocida. Seguro que alguna de vosotras ya estaréis pensando que soy una malcontenta y que con esas condiciones bastante tenía para estar contenta. Y que es quejarse de balde. En eso tenéis razón, pero lo cierto es que sabéis que realmente creo que es gracias a este inconformismo puñetero y sin sentido que presentamos los humanos que hemos conseguido llegar a la luna y crecer y multiplicarnos con tanto o más éxito que las setas.

La definición de lo que es un trabajo de mierda, sale de este artículo publicado originalmente en un magazine algo revolucionario de habla inglesa y que me ha llegado por varios canales las veces que comentaba la problemática que sentía cuando realizaba este trabajo, algunas veces pensando que iba a ser incomprendida. Se trata de ese tipo de trabajos en los que no produces absolutamente nada. Y tienes la sensación de que si un rayo divino cayera del cielo y acabara en un segundo con todos aquellos que tienen la misma denominación en sus tarjetas de visita comerciales, el mundo seguiría marchando con la misma precisión que un reloj suizo. No pasaría absolutamente nada.

20140728_Bellre_68

Hacer el ganso cuando eres un delfín, otro ejemplo de trabajo de mier…

Y ahí es donde empieza el martirio chino de la raza humana. Porque desde hace tiempo los trabajos realmente productivos son realizados cada vez más con ayuda de maquinaria. Se necesita mucha menos capacidad y tracción humana para conseguir el rendimiento necesario para producir nuestro sustento básico. Lo que nos queda es aumentar la producción en lo que no es básico, tirar por el sector servicios… o los trabajos de mierda. Consultores de consultores, abogados especializados en cómo levantar un clip del suelo, multitud de terceros en discordia que intentan sacar lo suficiente para vivir con ese tipo de ocupación.

El problema es que a la larga el ser humano pretende reivindicarse: los trabajos de este tipo no pueden realizarse durante mucho tiempo sin pasar factura psicológica. A no ser que seas un témpano sociológico al que le resbale completamente de donde sale el dinero que cae cada mes entra en la cuenta del banco, te sentirás mal por ejercer este tipo de trabajo. A pesar de que no haces nada amoral, ni ilegal, te da la impresión de que has vendido tu alma al diablo y según van pasando los años resulta más y más difícil escaparse.

Yo escapé. No voy a asegurar que el trabajo que hago ahora tenga más sentido que el que hacía antes. Pero yo al menos le veo mucho más sentido. Y en eso reside toda la diferencia.

Leave a comment